Thursday, April 27, 2006

CONTRASTES 巴里奥斯和对比

contrastes...





Pagaron los cds salieron hacia el parqueadero, séptima arriba y sin hablar todo el tiempo escuchando SY en el carro, a Lola se le paso por alto parar en McShit, miraban los cerros, la gente, los buses, las vendedoras de frutas, los que cuidan carros, los personajes caleños entre el movimiento del día, y el viento ayudando a que la música se dispersara para Lola como por entre un caminito muy diferente a lo que le había siempre brindado el paisaje de la capital de la salsa. Pero habían pasado tantos años sobre el reloj de la civilización contemporánea en tierra Americana, que ya todo tenia su estrofa mezclada y formaba parte de ese gran poema del nuevo mundo. Poema atravesado, como sucedía en aquellas noches de Hollywood cuando Max llegaba antes de la hora de comenzar un concierto de punk a cualquier bar-restaurante mexicano, en donde se podía contemplar aun a esa hora temprana de la noche, las figuras gruesas de los manitos comiendo enchiladas y bebiendo cerveza, mientras que las figuras lánguidas y oscuras hacían su entrada poco a poco al son de la ranchera, claro que hasta no dar comienzo la música de la noche no se iban los provincianos, era cuando se abría la apertura a otra existencia nocturna con personajes y sonidos diferentes, pero con el mismo decorado y los mismos burritos.


Mientras tanto pensamientos iban y venían, piensa Lola en este man que conoció hace media hora, se pregunta muchas cosas, inventa otras, hasta que los pensares se van desmembrando y la lleva al país de los recuerdos. Piensa en Jair y las noches de amor que vivieron juntos, piensa en aquella última noche en la casona del Fercho cuando después de varios días de rumba, retirados a una de las piezas, sobre un colchón sin sabanas ni nada, durmieron por días… solo hacían el amor y se levantaban a comer algo de una nevera vieja que también el Fercho había heredado, cuando sus cuchos se hicieron a una Haceb mas grande; volvían a la cama, y hacían el amor otra vez por entre sonidos de música que se filtraba desde algún lugar de la casa, esta vez, Pink Floyd les coloreaba los días de amor en aquel cuarto sin muebles. Por cortina, colgaba de la ventana un material de tela como de colchón con rayas y estrellas en colores blanco y negro, grueso que no traslucía nada, Lola lo apartaba, para dejar al descubierto la ventana amplia que daba a una parte de la casa, por donde nadie pasaba, así le gustaba a Lola hacer el amor, a plena luz en las afueras de cualquier lugar, sin ser vista. Aquel recuerdo en ella se deslizaba entre una mañana tranquila entre los Cerros de Cali, mientras las aves del campo silbaban sus estilos musicales diferentes y el suave compás de Floyd se mezclaba con ellos, y todo era perfecto. Aquella mañana se engendro Clementico con un toque del ingrediente Sevillano y sobre pastizal de una finca y a plena noche de Luna frente a una hoguera donde también estaban la Paloma y su amiga, nunca se supo si miraron o no, todos estaban tan locos que no importaba, pensaba Lola. Ingredientes suficientes que cargaron a su hijo con una personalidad multi-colorida y agradable, manejo Lola en automático por un largo rato, y ni se dio cuenta cuando llegaron a su casa.

-       Aquí es Max, vamos...
-       chévere... le respondió, tirandose de la camioneta
-       Clemente bajándose de la parte trasera, cruzaba palabras con Max sobre el ultimo juego de Final Fantasy, hasta que llegaron al portón de la casa
-       Ven hijo, le dice Lola con esa voz de mimada cantona que a veces pone cuando no está caminando sola y segura con el bolso entre-terciado lleno de tarjetas de crédito por entre cualquier lugar elegante y mostrando que es caleña...

Entraron, y Max se tiro en el primer lugar que pilló, Lola le gritaba desde lejos que se pusiera cómodo que ya venia... se quedo solo Max divagando entre pensamientos que iban y venían desde cualquier lugar; en California, en Europa, Australia y en Sudamérica, tantos lugares y en todos siempre encontraba parches con gente exquisita... ¿cómo seria el cuento de esta tal Lola? –pensaba.

La casa tenía varios pisos y diferentes niveles, arquitectura narco-caleña moderna: líneas rápidas, poca profundidad en los diseños, ajustes al clima, mucho cemento, ladrillo y hierro, espacios amplios y frescos, la elegancia reemplazada por el confort, se sacrificaba lo clásico por lo simple y funcional.

-       Hola... sonó la voz de Lola al fondo venir, pelo húmedo y bata de baño, mientras lejos en la distancia se escuchaba algo de reggae.
-       ¿Ahhhhh?... como saliendo de entre sus pensamientos donde estaba sumido Max, volteo la cabeza respondiendo con ese ahhhhh de no saber quién y ni porque le hablaban...
-       Hola, ¡bienvenido al planeta tierra!
-       Ah, hola no sabia que me hablabas...
-       ¿Dónde estabas?
-       No muy lejos...
-       ¿Siempre sos así?
-       ¿Cómo así?
-       En el carro durante el viaje acá, no hablastes una palabra, y cada vez que has dicho algo son cosas cortas, no pareces de por acá
-       Es que en esta ciudad lo que vale la pena es poco... -pensó en que diría su padre si lo estuviera escuchando, y prosiguió, me parece
-       No te gusta Cali, ¿qué ciudad te gustaría vivir?
-       De verdad ninguna, me gustaría ir a explorar un poco el Choco, he escuchado que es muy bonito.
-       ¿Choco?... Uhmm, Lola dio la vuelta y se fue a su cuarto, en 5 minutos volvió con un bluyin puesto y una camiseta, descalza como hembra en tono con la tierra
-       Bueno que querías saber de SY, porque creo que me están entrando ganas de irme, dijo Max, cuando Lola apareció de nuevo en el salón, las paredes eran blancas impecables y no había un solo adorno, el piso era en cuadros blancos y negros ajedreciados; por muebles estaba la perezosa donde se tiro Max, y en una esquina cerca del ventanal que daba a una vista de la ciudad, un sofá gigante esquinero, nada más, el tamaño del recinto era del de la casa donde Max vivía.
-       ¿Queres agua?
-       Bueno
-       Trayendo un vaso largo en cristal de agua fría, Lola le dijo: vos sabias que una vez en un sueño vi como se estrellaba un avión de guerra termo-nuclear en Cali, y habiendo ocurrido una explosión la tenaz, no dejo ninguna casa a la vista, solo mi casa, cuando salí al balcón el único barrio sobreviviente a la explosión de toda la ciudad, fue el Distrito de Aguablanca.
-       Lindo tema para un cuento de ficción...
-       Salí a la calle pidiendo auxilio, aunque no sabia porque lo hacia, pues estaba bien, me acuerdo que no tenia a Clemente, estaba sola, creo que la idea de esa soledad, fue la que me empujo a salir corriendo y gritando
-       Me recuerda a alguien…
-       Y en la distancia vi como un mundo de momias venían hacia mí, eran los habitantes del Distrito de Aguablanca.
-       Uff, espantoso, ¿no?
-       ¿Crees que tenga algún significado ese sueño?
-       Pues hermana, me parece que te has dejado influenciar por tus amigas Chipichape... y en el proceso de adoptar esa nueva personalidad, te has convertido en la caleña típica de barrio burgués, generando fobias innecesarias contra ciertos estratos sociales, ¿no crees?
-       Interesante observación... pero no me voy a alterar, lo tomare como algo interpretativo al sueño...
-       Gracias.

Las palmeras que habían afuera agitadas por el viento, traían un sabor a mar, miro Max afuera, como buscando algo de agua que endulzara ese pensamiento, y volvió a pensar en Choco… luego se fue al sueño de Lola, quería irse de Cali, y no encontraba el momento apropiado para hacer el movimiento.



 



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